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“Te boté, te boté, yo de mi vida te boté” cantan a grito herido y con júbilo los puertorriqueños luego de que Ricardo Roselló anunciara su renuncia como gobernador de la isla, Estado Asociado de Estados Unidos; la fuerte presión que ejercieron los boricuas tiene a todo el mundo preguntándose: ¿Cómo lo lograron? ¿Cómo pudieron conseguir que su líder dimitiera?
Roselló tenía el agua hasta el cuello y estaba muy maniatado como para poder librarse de la corriente fácilmente; recordemos que las protestas estallaron de manera sorpresiva en Puerto Rico luego de que se filtrara un chat grupal privado en donde el entonces gobernador se burlaba de la comunidad LGBTI, aliados, opositores además de las víctimas del huracán María que sacudió a la isla en 2016: “¿No tenemos algunos cadáveres para alimentar a nuestros cuervos?“, resumía uno de los chats filtrados.
Aunque Roselló intentó contener por todos los frentes la evidente tormenta que se avecinaba, despidiendo funcionarios de Gobierno casi que al azar y yendo a la iglesia: “Yo me humillo ante ustedes y ante el Todopoderoso por las faltas que he cometido”, dijo el entonces gobernador de 40 años según el diario El Nuevo Día.
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Sin embargo, los chats filtrados solo fueron la gota que rebosó la copa, ya que, los boricuas tenían más de un motivo para salir a las calles de San Juan a exigir la renuncia de su líder político. La terrible corrupción y la crisis económica en la que estaba sumida la isla desde el 2016 permearon la imagen de Roselló que buscaba la reelección para 2020. Es así como se llega a las protestas, once días en donde la indignación invadía las calles de Puerto Rico y “Ricky, renuncia” eran palabras que estaban a la orden del día en las arengas que gritaban con fuerza los manifestantes.
A pesar del grito fuerte y radical de la gente de la isla que pedía una salida pronta a la crisis, recordemos que movimientos ciudadanos de este tipo se han vivido en todo el mundo: Colombia y sus líderes sociales asesinados, los maestros, la corrupción, etc.; Brasil contra la dinastía Lula y luego por temor a Bolsonaro en el poder; Argentina contra la prohibición del aborto y la crisis económica; Venezuela contra Maduro, con represión, cortes de electricidad incluidos y tensión por quien dará el jaque mate en una partida de ajedrez que lleva más de seis meses.
¿Recuerda los resúmenes noticiosos del mes en donde estaba bien reñida la cosa entre Juan y Nico? Puede ponerse al tanto del tema Venezuela, a principios de 2019, en estos enlaces: http://bit.ly/2FK6heg http://bit.ly/2Ua5ZmK http://bit.ly/2Wv0noR
Lo que tienen en común todos estos movimientos mencionados anteriormente es que, en comparación a lo sucedido en Puerto Rico, han sido más bien lentos y poco eficaces en motivar a los Gobiernos de turno a hacer algo: a tomar medidas definitivas contra el asesinado de líderes sociales, dejar de usar pañitos de agua de destinar más fondos a la educación pública o dejar de intentar de tumbar un tribunal de justicia solo porque incomoda a los poderosos en el país – sí, estoy hablando de Colombia–.
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Roselló tuvo algo en contra desde el principio, las personalidades del país, como Ricky Martin que fue blanco de burlas en los chats filtrados, el hecho del intérprete de la ‘Livin’ La Vida Loca’ se haya unido a las manifestaciones ciudadanas retumbó y muchos otros artistas se fueron uniendo a medida que la indignación crecía: Residente, Luis Fonsi, Bad Bunny, Daddy Yankee, Kany García, entre otros, fueron los que se vieron alentando la manifestación en San Juan.
En resumen, cuando alguien asegura en Twitter que “Bad Bunny fue mejor tumbando Gobiernos que Juan Guaidó”, hay que reírse y luego creerle y aunque acabar con la situación en Venezuela de raíz requiere intervención desde todos los vectores, lo sucedido en Puerto Rico nos confirma la potencia que un nombre –como Ricky Martin o Jennifer López, que alentó desde las gradas– para hacer temblar a los poderosos y sobre todo, la increíbles fuerza que sigue teniendo la música como método de expansión de la protesta social y la revolución.
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Sucesos en donde la música sea un factor clave para la revolución o un cambio social son fácilmente contados y se han dado con poca frecuencia en la historia reciente:
A la par de Bob Dylan, Woody Guthrie o Malvina Reynolds quienes marcaron la pauta de la música de revolución en el norte de América, en 1939 perseguían y asesinaban a las personas de raza negra que ‘Strange Fruit´ fue considerada como la primer canción protestante de la historia de la música popular, otro ejemplo es `This Land is Your Land´ (1944) de Woody Guthrie, en la que al tomar su guitarra gritaba al inicio de la canción: "Esta máquina mata fascistas". Ambos tracks llegaron a ser más contundents para la época que el mismo ‘Lift Every Voice And Sing’ que conocido como un himno de la lucha afro en EE.UU.
Asimismo, en la década de los 40, las melodías con letras de inconformidad sonaron con mayor fuerza en América Latina, nacieron voces que cantaban el descontento social que se vivía, aclamados por los ciudadanos de Argentina, Chile y Colombia, pues mezclaron sus letras con acoples del folclor distintivo de cada nación; canciones que abarcaban una gran bibliografía o citas de temas históricos.
Los gloriosos e irreverentes 60 llegaron y con ellos un montón de revoluciones en el campo de la música, especialmente en America Latina, que emepzaba a hacer propios los poetas que se expresaban ante la censura y represión: Mercedes Sosa, Facundo Cabral, Pedro y Pablo y Nacha Guevara en Argentina; Anibal Sampayo, Pablo Estramín y Los Olimareños en Uruguay; en Chile nació el movimiento “Nueva canción de Protesta”, teniendo como mayor exponente a Víctor Jara, quien fue asesinado por la dictadura de Pinochet en 1973.
El sol de hoy se pondrá con la incertidumbre sobre lo que hizo a Roselló dimitir de su cargo ¿La presión de la sociedad civil? ¿El mar en el que era imposible salvarse? ¿O el poder que estaban ejerciendo sobre él artistas de talla internacional? Como sea, el arte – y cualquiera de sus manifestaciones – encontrará siempre el modo de hacerse ya que, en últimas, su fin es expresar aquello que se calla.
GRACIAS POR LEER.
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