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Coronavirus: El impacto de tener a la humanidad en cuarentena

Foto del escritor: Nicolás GodoyNicolás Godoy

Photo by NASA on Unsplash

Hoy, 22 de abril, se celebra el día de la tierra en un mundo en el que gran mayoría de la población libra una batalla contra la cuarentena intentado hacer del paso de los días una experiencia menos trastornada aprendiendo a dibujar en papel higiénico o gastar horas jugando ‘parchisi’ – ese juego que el 80% de mis contactos y yo jugamos para matar el tiempo y sacarnos canas por quien bloquea y mata al otro –.

Aprovecho esta fecha, que se celebra desde hace 50 años, para hacer el último balance o reflexión de este periodo de aislamiento que cumple un mes, ese que se convirtió en un mal necesario, no solo por evitar infectarnos con COVID-19 sino también porque el planeta nos pedía un respiro a gritos.

Solo 2019 cerró una de las décadas más calientes de la historia, con temperaturas jamás registradas, expertos nos alertaban desde 2015 que la década del 2020 iba a ser crucial para reversar el cambio climático o al menos evitar que fuera de consecuencias devastadoras. Bastó solo que el mundo le dijera “Hola” al nuevo decenio para que una pandemia encerrara a esa fuerza destructora llamada humanidad para que la flora y fauna que han estado reprimidas por siglos sintieran un poco de libertad y tomaran el control.

Debo admitir que hay algo de poético en ver animales salvajes andando descomplicados por calles europeas o ver delfines nadando tranquilos sobre las playas de Cartagena o ver cómo las alertas amarillas o rojas por contaminación en Bogotá y en varias ciudades del mundo se caen porque las emisiones de ‘smog’ decrecieron al punto de poder ver los nevados desde la capital a mediodía (antes de que estuviéramos hablando de coronavirus, yo podía verlos hasta las 7am y es la experiencia más relajante cuando uno va camino al trabajo).

Sin embargo, puede resultar muy poético y casi nostálgico ver todo esto pasando mientras todos estamos encerrados, pero ¿Y cuando termine el encierro? ¿Y qué cuando podamos volver a salir sin tapabocas y el “distanciamiento social” no sea una excusa para salir de rumba ¿Vamos a volver a ese ritmo de vida contaminante y agotador?¿Y si el respiro no solo lo necesitaba el planeta sino también nosotros como seres humanos para sentarnos un poco y reflexionar?

Photo by Tedward Quinn on Unsplash

No creo que quedarse a ver los videos de animales caminando tranquilos por calles vacías ayude mucho si en un año volvemos a ese ritmo de vida desenfrenado. Pensemos en que el cambio climático es una bebida derramada sobre el piso, con el confinamiento solo estamos limpiando una porción de la mancha; si regresamos de cuarentena con el mismo modo en el que hacíamos las cosas antes pues la bebida se seguirá expandiendo y los cambios vistos durante la cuarentena quedarán solo en el recuerdo.

Hoy en día, el mundo es un caos, con gobernantes tirando piedras con una mano buscando culpables por el avance de la pandemia (espérese el resumen de lo que ha pasado en cuestiones de coyuntura política, económica y social con el virus, pronto); mientras que con la otra mano tratan de hallar una vacuna, poner a todos en cuarentena y evitar que el colapso económico sea menos desastroso de lo que pintan las predicciones. En una ciudad, de planeta tierra que celebra su día hoy, estamos usted y yo cumpliendo a regañadientes la cuarentena, para protegernos entre todos y “para que todo esto pase pronto”.

El lunes dejó de ser ese enemigo mortal que mirábamos con el ojo rayado, el viernes pasó de ser el amigo buena onda que ansiábamos ver a ser un amigo que hay que ver por obligación, dejamos de esperar por el sábado o el domingo, simplemente porque todos los días se sienten como el anterior y el siguiente, no hay significados para los días, solo días que están pasando.

Muchos estarán diciendo – ¡Ay! Nicolás, pero qué dramático se está volviendo, véale la cara buena a la cuarentena… Yo ya aprendí a tejer en aguja de croché y ahora estoy aprendiendo cantonés porque uno nunca sabe – si usted es de esos que irradia energía y todos los días encuentra algo nuevo, útil e interesante que hacer desde aprender idioma gato hasta clave morse, pues le felicito, pero respete a esos que no se han atrevido a mover un dedo aún, aquí le cuento por qué:


Photo by Erik Mclean on Unsplash

El encierro no es buen consejero, me atrevo a decir eso porque 2019 no fue un buen año para mí, gran porcentaje de esos 365 días estuve o haciendo fotos o trabajando en mi tesis o haciendo cualquier cosa para “matar el tiempo”. Pero el otro porcentaje lo pasé encerrado deprimido pensando que me sentía inútil, batallando para encontrar un empleo y no fallar en el intento; esa etapa de encierro ayudó a acrecentar esa ansiedad y desespero que estaban generando los cientos de problemas personales, familiares y profesionales que tenía al lado.

Muchos se han de estar sintiendo de ese modo en estos momentos o se sintieron como tal durante este mes de cuarentena, al menos una vez, se han cruzado con un hueco para nada lindo en el pecho diciéndoles que boten la toalla en frases como “usted es un inútil, mire a todos esos en redes sociales haciendo algo y usted… Ahí inerte”; por más que intente hacer o aprender algo nuevo no puede hacerlo bien o completo porque no le nace, porque fue una presión innecesaria que se puso, porque el vecino y sus frases motivacionales en Facebook le dijeron que “si no sale con algo nuevo de esta cuarentena, no aprendió nada”… Si usted alguna vez compartió ese tipo de basura, es parte del problema y no ayuda en nada a los que viven su propia batalla contra el encierro.

No señor, no hay nada más bello que hacer las cosas por convicción, con pasión y porque eventualmente se les sacará el jugo, no porque todo el mundo está diciendo que es lo correcto y hay que sentirse productivo en estos tiempos de crisis porque es lo políticamente correcto. Además, entremos a examinar que los índices de ansiedad y depresión pueden aumentar considerablemente durante este periodo, así que, intentar sentirse ocupado todo el día, aunque por dentro no queramos, es un arma de doble filo.

Lo único que me puedo atrever a decir es RESPIRE, como indiqué al principio ¿Qué tal y este sea un mensaje de su Dios – o de la fuerza divina, energética o científica en la que crea o no – o de su subconsciente intentando decirle que pare por un momento su vida alocada de excesos? Haciendo ejercicios fáciles de respiración puede darse cuenta de lo que ha estado haciendo mal y de los hábitos para nada sanos que llevaba antes de la cuarentena, que no solo dañaban a usted sino a esos que lo rodean y al planeta en general.

Usted relájese: está bien tanto sentirse “útil” como no, está bien no hacer nada durante el día como también está bien hacer de todo, busque trabajo o no lo haga si no se siente listo para ello, deje de pensar y hacer planes sobre el caótico futuro que se nos viene a todos, más bien aproveche de la compañía de esos que tiene al lado y que creía conocer, viva en el presente, ríase, coma mucho, chatee, haga ejercicio, aprenda algo nuevo pero por convicción propia y no porque una frase en Facebook le dijo que era lo correcto; no olvide conectarse con su yo interior y lo que ese ‘yo’ quiere para ser feliz. Así, el estar entre cuatro paredes las 24 horas del día 7 días de la semana, deja de ser esa experiencia traumática que todos pintan.


GRACIAS POR LEER Y FELIZ CUARENTENA.
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